sábado, 20 de febrero de 2010

Los escoleros y el juego del wikullo - José María Arguedas (extracto)

El wikullo es el juego vespertino de los escoleros de Ak'ola. Bankucha era el escolero campeón en wikullo. Gordinflón, con aire de hombre grande, serio y bien aprovechado en leer. Bankucha era el Mak'ta en la escuela, nosotros a su lado éramos mak'tillos no más, y él nos mandaba.

Ak'ola está entre dos riachuelos. Pukamayu y Wallpamayu; los dos llegan hasta la explanada del pueblo, dando saltos desde la cumbre de la cordillera, y siguen despeñándose hasta llegar al fondo del río grande, del verdadero río que corre por la base de las montañas. Wallpamayu, en miles de años de trabajo, ha roto la tierra, y corre encajonado en un barranco perpendicular y profundo. A la orilla del barranco los ak'olas plantaron espinos para defender a los animales y a los muchachos. De trecho en trecho, varias plantas de maguey estiran sus brazos sobre el barranco. Pero desde años antes, los escoleros hicieron varios huecos en el muro de espinos, para pasar a la orilla del barranco y tirar los wikullos al río.

El wikullo lo hacíamos de las hojas del maguey: eran unos cuadriláteros con mango, en forma de palmeta. Cada wikullero llevaba amarrado al chumpi o el cinturón un cuchillo hecho de fleje, para cortar el maguey. Bankucha tenía un puñal de verdad con forro de cuero; se lo regaló don Fermín, un borrachito amiguero de los muchachos.

- Bankucha, vamos a pelear a iguales. Tú sabes hacer wikullo mejor que yo, si eres legal haz para los dos.

No me contestó el escolero. Se acercó a un maguey, arrancó una hoja larga y cortó seis estupendos wikullos.

- Uno para cada - dijo.

Tomó la delantera y entró, agachándose, por uno de los huecos del cerco de espinos. Detrás del cerco había un espacio como de tres metros.

El río estaba fangoso, arrastraba ramas de molle y de retama, se revolvía entre las grandes piedras y salpicaba muy alto.

- ¡Wallpamayo: algún día te voy a atravesar con mi wikullo, frente a frente! - dijo Bankucha y miró la otra orilla del barranco.

- ¡Mentira Wallpamayucha, yo te voy a cruzar antes que el badulaque Banku!

Levanté mi wikullo, me agaché, encorvando el brazo, hice una flexión rápida, me estiré como un arco, con todas mis fuerzas, y arrojé el wikullo. Recto, de plano, se lanzó silbando, y fue a caer de filo sobre el barranco del frente, a veinte metros del río.

- ¿Kunanri, kunanri? (¿Y ahora?) ¡Jajayllas!

Salté a la orilla del precipicio, cerrando el puño, me pareció que ya no podía haber querido en mi vida nada más que eso. ¡Qué alegría! Me daban deseos de patearle al Banku, de pura alegría.

- ¡He tocado el frente, mak'ta! - le grité.

Banku se asustó un poco, me miró receloso, como resentido.

-¡Espera wiksa, (barriga) wiksacha!

Se escupió las manos y levantó su wilullo del suelo. Sabía como nadie; abrió las piernas, se agachó, levantó un poco la cabeza; en lo hondo de sus ojos había rabia. De repente, saltó, y su brazo se estiró como un zurriago bien tirado. El wikullo se perdió en el aire, voló recto; pero en medio del barranco se ladeó, se lanzó oblicuo hacia abajo y se despedazó sobre una piedra.

- ¡Malhaya viento!

Probó con otro wikullo. Ya no era tiempo, el viento empezó a soplar muy fuerte, y se llevó al wikullo, lejos en la misma dirección de la quebrada. por primera vez vi al Banku en apuros. Cortaba wikullos de cuatro en cuatro, de seis en seis, me amenazaba antes de tirar cada uno:

- ¡Ahora sí! ¡Eres huahua para mi, Juancha!

Sudaba, cambiaba de posturas, se daba viada de distintas maneras. ¡Y nada! El viento estaba contra él; tiraba al suelo todos sus wikullos y los despedazaba. Me dio pena.

- Deja Banku. Yo por casualidad nomás he atravesado el barranco, pero tú eres mak'ta, mayordomo, capataz de escoleros. Mañana, seguro cuando el aire esté parado, vas a tirar hasta la cabeza del barranco. De verdad Banku.

El mak'ta me agarró del brazo, señaló con la otra mano el sitio donde cayó mi wikullu.

- Juancha, desde tiempo has estado alcanzándome, eres buen mak'ta. Si mañana o pasado no te igualo vas a ser primer wikullero de Ak'ola.

- Bueno, Banka. Pero tú eres capataz, siempre.

Relato publicado por gentil cortesía de Sybila Arredondo.



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4 comentarios:

  1. La obra es muy buena les recomiendo que la lean en especial esas partes quechuas asi podremos conocer mas de nuestro hermoso pais.

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    1. Esta incompleta.....no me gusta -_-la quiero completa

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  2. El juego WIKULLO en que consiste?

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